Hoy Colombia recuerda uno de los episodios más dolorosos de su historia: la tragedia de Armero, ocurrida el 13 de noviembre de 1985, cuando una avalancha del Nevado del Ruiz cobró la vida de más de 25.000 personas. En medio de aquella devastación, un joven voluntario de la Cruz Roja Colombiana, Jhon Bayro Pineda Villada, asumió con coraje la misión de rescatar y atender a las víctimas. Años más tarde, y movido por ese mismo espíritu de servicio, ingresó en 2016 al Cuerpo Oficial de Bomberos de Dosquebradas, donde hoy continúa sirviendo con dedicación y entrega.
Desde entonces, su vida quedó marcada no solo por el dolor que presenció, sino también por la profunda convicción de que la prevención es la herramienta más poderosa para proteger la vida. Con el paso del tiempo, esa experiencia se transformó en un mensaje que él mantiene vivo: la naturaleza advierte, y escucharla puede evitar tragedias.
En su labor dentro del Cuerpo Oficial de Bomberos, Jhon Bayro se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones. A diario insiste en la importancia de fortalecer la educación comunitaria, promover la preparación ante emergencias y consolidar una verdadera cultura de la prevención.
“El desastre de Armero nos enseñó que la naturaleza siempre da señales. Si aprendemos a escucharlas y actuamos a tiempo, podemos evitar muchas pérdidas humanas”, afirma Pineda.
A lo largo de su trayectoria, ha participado en emergencias de gran magnitud, como los terremotos de Pereira en 1995 y de Armenia en 1999. Asimismo, su vocación lo llevó a Haití, donde permaneció cuatro meses y medio en misiones de asistencia humanitaria, demostrando que su compromiso no conoce fronteras.
Hoy, casi cuatro décadas después de Armero, Jhon Bayro Pineda Villada sigue honrando la memoria de aquella tragedia transformando su experiencia en servicio. Desde Dosquebradas, su historia inspira, recuerda y enseña que la prevención es un acto de amor por la vida y por quienes vendrán.